
Módulo propedéutico:
conclusión del primer tiempo
Ante la imposibilidad de escribir como Pablo Neruda y con el riesgo de hacer un símil que se acerque a la peor de las composiciones de Ricardo Arjona, intentaré hacer una reflexión de los retos y porvenir en la Maestría en Comunicación y Tecnologías Educativas. Para ello utilizaré un lenguaje común y familiar en estos días: el del fútbol.
Tener la oportunidad de cursar un posgrado en México es como lograr un pase para jugar un Mundial; hay cientos de miles de personas que, aunque tengan talento, esa posibilidad ni siquiera es remota.
Así que formar parte del círculo de los elegidos te obliga a comprometer toda tu experiencia para apuntalarte como parte de ese equipo que accede a un nivel de privilegio y, por lo tanto, convertirte en estudiante de alto rendimiento. No es necesario ser un crack, sólo un jugador disciplinado y dispuesto a ganar.
Cursar el módulo propedéutico es como jugar el primer tiempo de un partido difícil, en el que debes estar concentrado, abierto a los giros y trayectorias del balón, y correr con mucho ritmo, porque el juego a veces te obliga a hacerlo sin parar. Es en esta parte cuando muchos se cansan y prefieren su regreso a la banca. El primer tiempo es más de estrategia que de talento: mides fortalezas para aprovecharlas, pero también enfrentas debilidades que debes compensar conforme el juego avanza.
La cancha es una computadora con Internet. Requiere que aprendas a conocer sus posibilidades y si la visualizas en su conjunto, mejor la recorres. Cuando pisas por primera vez este pasto, el balón, el juego y el pensamiento se concentran en un mismo acto, y lo único que esperas es que concluya con el marcador a tu favor.
Al igual que un buen partido de fútbol, cuando decides que la maestría entre a tu casa, la familia momentáneamente sucumbe. Sacrificas parte del tiempo para el entrenamiento de las tareas, prepararte para los trabajos intermedios y tener mentalidad goleadora cada vez que subes tu talento en el blog. Exponerte a la crítica puede ser más difícil que jugar un partido, pero es un paso importante para dejar de ser un simple aficionado y convertirte en un profesional de primera división.
En el módulo propedéutico juegas todas las posiciones. En la defensa, debes estar concentrado y no exponer el juego cada vez que la plataforma se cae o te imposibilitan su ingreso por un mal cálculo en tus finanzas personales, y aunque el balón está en tu cancha, se encuentra parado en beneficio de tus oponentes. Para ser el portero, hay que estar atento de todos los tiros e, incluso, evitar los autogoles cuando trabajas a destiempo.
¡Y cuidado con los plagios! Puedes ganarte tarjeta amarilla o roja muy al principio de esta competencia. El reglamento APA es el más idóneo para los encuentros.
Desde la defensa participas en los foros donde el juego suele ser un poco más ríspido. A veces a tiros directos, necesitas barreras o robarte algunos balones. Cuando eso sucede, te retroalimentas de diversas ideas que te impulsan a avanzar hacia la mitad del campo y hacer tus trabajos de evaluación con pases precisos.
Desde allí, repartes juego; conformas redes de apoyo, se crean wikis y lees los trabajos de tus compañeros de equipo. A mitad de cancha te perfilas a elegir la estrategia y el tema con el que habrás de concluir el primer tiempo para dar un tiro certero a gol.
Antes de eso, a lo largo de cada jugada escuchas a tu entrenador; las observaciones puntuales, recomendaciones y palabras de aliento que te indican el movimiento a seguir. Por supuesto que si no has tomado las precauciones debidas para revisar los mensajes en la cancha, puedes atorarte en la repetición de tus errores. En un partido, los pases equivocados pueden convertirse en peligro para tu meta.
Reconozco que el juego a veces es muy aburrido, sobre todo cuando el entrenador pide repetición de ejercicios y párrafos. Hay que leer con cuidado cada instrucción y atender las observaciones que se señalan en las sesiones de sede. Si no estuviste, puedes equivocarte de jugada.
Al terminar este primer tiempo, me doy cuenta de que puedo jugar otro más en perfecta condición física. Habrá quienes sigan con algunas lesiones, pero con espíritu ganador y eso es lo más importante. Seguiremos nuestro entrenamiento hasta encontrar una adecuada posición de juego. Mientras tanto, habrá que disfrutarlo.
Hola Isabel¡
ResponderEliminarMuchas gracias por compartirnos tu maravilloso blog.
Me encantó tu reflexión final.
un abrazo
Adriana Ramírez
Apreciable Isabel en estas breves líneas dejas ver el gran talento que tienes como escritora y que seguramente rendira frutos en la Maestría.
ResponderEliminarEn horabuena y que cumplamos con esas competencias del propedéutico que serán nuestra puerta de entrada a la Maestría.
Un gran abrazo
Delfino
Hola Chabe:Excelente reflexión, felicidades y ya nomás dos comentarios: ¡Arriba mi chicharito Hernández!!!!
ResponderEliminar¿Y los de la FIFA?
Hola Isabel, pues el comentario ya te lo di en el CECTE, ¡Qué goooooolazooooooo! Muchas felicidades.
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