miércoles, 24 de febrero de 2010

Características de un texto académico


¿Qué hace diferente a un texto académico de otros textos?

Una de las cualidades que distingue a un texto académico es la seriedad con que se elabora; requiere de una investigación específica y concreta, y que esté dirigido a personas especializadas o interesadas en aprender sobre el tema, lo que le da una posible retroalimentación y lo deja sujeto a la crítica de sus pares.

En el caso de los textos leídos para este ejercicio*, ambos son de divulgación, aunque con formatos y extensiones diferentes, lo cual no significa que uno sea más o menos académico que el otro.

Lo que en realidad distingue a un texto académico de otros es su estructura, la existencia de un punto de vista fundamentado, analítico y la presencia de un pensamiento crítico en su contenido.

Ambos textos producen un conocimiento, utilizan referencias y citan lo que otros expertos en el tema tengan que decir: producen una opinión propia con base en una investigación.

También tienen canal de difusión específico (uno es un ensayo y otro un artículo para una revista especializada) y están escritos de tal forma que el lector puede comprender la intención de los mismos y establecer una opinión al respecto. Es decir, ambos tienen perspectiva interactiva e intertextualidad.

Me parece que si un texto carece de contenido específico y estructurado, no puede ser académico. Por ello, debe fundamentarse en lo que ya existe; un texto sin una estadística seria o un sustento teórico probado, está mutilado e incompleto. Ambos recurren al uso de indicadores para exponer sus planteamientos y para defender su propia posturas.

No se tratan de textos que buscan generar una postura teórica ecléctica o nueva, por lo tanto, no contraponen puntos de vista diversos; su objetivo es más bien didáctico y, por lo tanto, reafirman sus propias ideas. El que carezcan de una interacción contradictoria entre autores, tampoco los minimiza o descalifica como textos académicos, solamente los ubica en un plano más expositivo.

Tienen introducción, desarrollo del tema, subtemas, citas, referencias, fotografías, estadísticas, llamados y conclusiones. En el primer caso (La crisis de los polinizadores) hay hasta propuestas de solución a un problema específico que afecta la biodiversidad en el planeta. Ambos textos son en defensa de los sistemas ecológicos y buscan también un efecto didáctico y que concientice, que se logra con la seriedad de sus autores y el fundamento con el que están escritos.

Son trabajos que no solamente están bien fundamentados, sino también bien escritos, por lo tanto, se puede deducir que pasaron por constantes procesos de revisión desde el especialista conocedor del tema, hasta el corrector de estilo. Eso le da trascendencia, peso y garantiza que llegue a públicos diversos.

Como un elemento distintivo en los textos académicos consultados, puedo observar que no son producto de una improvisación o de un trabajo periodístico, es decir, que se basen en una entrevista o una declaración. Son textos que surgieron de una estructura específica de trabajo y que son presentados con base en la misma, por lo tanto, tiene problema o problemas que se plantean, investigación personal, una postura en torno al mismo y conduce a una o varias conclusiones.

También distinguen entre lo que es nuestra aportación a la de otros autores. No hay plagios y citan correctamente. Todas las referencias aparecen en el texto y todas las citas cuentan con sus respectivas referencias.

Tampoco están escritos “a la primera”; tiene riqueza de lenguaje, uso de vocabulario adecuado y los verbos se conjungan perfectamente en tiempo y concordancia, lo que únicamente se da cuando un texto ha sido reescrito varias veces y corregido por un tercero.

Son textos que utilizan todas las posibles herramientas que la lengua española proporciona, como son los conectores, frases cortas, concordancias, no abuso de los gerundios, entre otras.

Un texto académico que carezca de cualquiera de los siguientes elementos: planteamiento, objetivos, hipótesis, referencias, citas, apoyos textuales, conclusiones, desarrollo, o que esté mal escrito o lejos de una planeación específica, puede mejor reclasificarse de otra manera porque, sin duda, no será de este tipo.

Y como comentario anexo: los textos académicos proporcionan a su creador una satisfacción, porque logró estructurar una idea que seguramente le será útil a otras personas. y ee debe ser el objetivo de todo investigador.

* Del Coro, M., (2009). La crisis de los polinizadores. Biodiversitas 85, 2-5. Recuperado el 17 de febrero de 2010, de: http://www.conabio.gob.mx/otros/biodiversitas/doctos/pdf/biodiv85.pdf

Soberón, J., (1989). Ecología de poblaciones, México: Fondo de Cultura Económica, Colección La Ciencia para todos No. 82. Recuperado el 18 de febrero de 2010, de:
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen2/ciencia3/082/html/ecologia.html

lunes, 8 de febrero de 2010

Mis primeras reflexiones


El estudio independiente, una actitud

El ejercicio de estudio independiente requiere de un enorme compromiso individual, porque el acercamiento con el trabajo académico enseña a romper barreras para acceder al conocimiento y comprometerse con un auto proceso de formación. No importa si el estudiante forma parte de un grupo multidisciplinario y numeroso, por el contrario, su enriquecimiento está inmerso en las posibilidades que brinda el control de su tiempo, espacio y vivencias propias.

Parte de la gran valía del estudio independiente es que el individuo es responsable de su propio aprendizaje y, por lo tanto, es quien le impone los límites.

Para que el estudio independiente sea exitoso, debe orientarse con objetivos claros que ayuden al alumno a conducirse hacia un sentido, ya que ayuda a generar habilidades para resolver por sí mismo cualquier obstáculo para alcanzar esas metas. El trabajo del docente es orientador y él se convierte en el acompañante en esta travesía; es un observador activo, con opinión y jerarquía, cuyas orientaciones harán que el estudiante no pierda de vista las metas planteadas.

Este tipo de estudio es una forma de aprendizaje que no sólo genera conocimiento, sino que estimula habilidades. Hacer ejercicios autocríticos es una acción reflexiva y comprometida, que conduce estimular capacidad de análisis e interpretación.

Como una aportación a esa forma de aprendizaje está el hecho de que las vivencias son fundamentales. La carga emocional, de memoria, experiencias y conocimientos que los individuos traemos se convierten en un complemento para lograr metas de estudio. De esta forma, el conocimiento previo puede adquirir un sentido diferente y el individuo sentirse asombrado de lo que puede aportarse a sí mismo.

Una habilidad que puede estimular el estudio independiente es la concentración y con ella la comprensión de lo el estudiante observa, escucha, lee y escribe; la comprensión es paso fundamental para aprender a expresar y exponer ideas individuales a otras personas de manera coordinada, metódica y, por ende, exitosa.

Plantearse no sólo problemas, sino estrategias adecuadas para solucionarlos; exponerlo a un grupo de manera clara, y llevar con éxito esas estrategias, es la conclusión de una adecuada conducción del estudio independiente.

Se trata de aprender a ser autocrítico y productivo, capaz de autoevaoluarse con objetividad y sentido. Cambia la percepción del momento a momento. La observación puede ser más cuidadosa y enfocada, pues quien está consciente de realizar estudio independiente abre los ojos ante el infinito de posibilidades que existen.

Lo que pudiera haber parecido sólo un objeto cotidiano, ahora puede convertirse
en conocimiento nuevo. Todo forma parte de un ambiente construido para el aprendizaje.