lunes, 8 de febrero de 2010

Mis primeras reflexiones


El estudio independiente, una actitud

El ejercicio de estudio independiente requiere de un enorme compromiso individual, porque el acercamiento con el trabajo académico enseña a romper barreras para acceder al conocimiento y comprometerse con un auto proceso de formación. No importa si el estudiante forma parte de un grupo multidisciplinario y numeroso, por el contrario, su enriquecimiento está inmerso en las posibilidades que brinda el control de su tiempo, espacio y vivencias propias.

Parte de la gran valía del estudio independiente es que el individuo es responsable de su propio aprendizaje y, por lo tanto, es quien le impone los límites.

Para que el estudio independiente sea exitoso, debe orientarse con objetivos claros que ayuden al alumno a conducirse hacia un sentido, ya que ayuda a generar habilidades para resolver por sí mismo cualquier obstáculo para alcanzar esas metas. El trabajo del docente es orientador y él se convierte en el acompañante en esta travesía; es un observador activo, con opinión y jerarquía, cuyas orientaciones harán que el estudiante no pierda de vista las metas planteadas.

Este tipo de estudio es una forma de aprendizaje que no sólo genera conocimiento, sino que estimula habilidades. Hacer ejercicios autocríticos es una acción reflexiva y comprometida, que conduce estimular capacidad de análisis e interpretación.

Como una aportación a esa forma de aprendizaje está el hecho de que las vivencias son fundamentales. La carga emocional, de memoria, experiencias y conocimientos que los individuos traemos se convierten en un complemento para lograr metas de estudio. De esta forma, el conocimiento previo puede adquirir un sentido diferente y el individuo sentirse asombrado de lo que puede aportarse a sí mismo.

Una habilidad que puede estimular el estudio independiente es la concentración y con ella la comprensión de lo el estudiante observa, escucha, lee y escribe; la comprensión es paso fundamental para aprender a expresar y exponer ideas individuales a otras personas de manera coordinada, metódica y, por ende, exitosa.

Plantearse no sólo problemas, sino estrategias adecuadas para solucionarlos; exponerlo a un grupo de manera clara, y llevar con éxito esas estrategias, es la conclusión de una adecuada conducción del estudio independiente.

Se trata de aprender a ser autocrítico y productivo, capaz de autoevaoluarse con objetividad y sentido. Cambia la percepción del momento a momento. La observación puede ser más cuidadosa y enfocada, pues quien está consciente de realizar estudio independiente abre los ojos ante el infinito de posibilidades que existen.

Lo que pudiera haber parecido sólo un objeto cotidiano, ahora puede convertirse
en conocimiento nuevo. Todo forma parte de un ambiente construido para el aprendizaje.

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